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¿Por qué eres más vulnerable a padecer enfermedades?. Te ayudamos a descubrirlo.

El entorno laboral es espacio de constantes llamadas de atención a nuestras emociones.

La ausencia de un correcto diseño organizativo y de gestión del trabajo, las relaciones tóxicas con los compañeros, la falta de comunicación e incluso los estilos de mando, pueden provocarnos trastornos cardiovasculares, respiratorios o gastrointestinales, entre otros.

Tal como se describe en el párrafo anterior, parece que todo lo que me rodea puede provocarme un cólico pero, no es así. Somos responsables que el cólico únicamente ocurra una vez y sólo porque nos ha pillado desprevenidos.
Es posible que lo que visualizamos cada día cuando entramos por la puerta de nuestro lugar de trabajo sea una versión muda de una película a la que nosotros decidimos poner una banda sonora y un guion. El guion de nuestra propia versión, adaptada a nuestro idioma emocional y de creencias.
Nuestras emociones y creencias, dos compañeras inseparables de nuestro caminar, no podemos dejarlas a las puertas de nuestro centro de trabajo y recogerlas a la salida: van dentro de nuestra MOCHILA, esa que también compartimos con cosas personales como por ejemplo: la separación de nuestros padres, la pérdida del abrigo del cole de nuestro hijo, un rozón en el coche nuevo…
Cada cosa que echamos a la mochila, allí están nuestras creencias para juzgar y somatizar, pues cada pensamiento que echo, me provoca un sentimiento, este me conduce a un comportamiento y como consecuencia obtengo un resultado (bueno, malo, regular).
Esta cadena de sucesos es única e intransferible. Es por ello, que todo lo que encontramos en nuestro entorno laboral es una visión personal de lo que está sucediendo, por lo que hay que conseguir que esa percepción de “nuestra realidad”, no se convierta en una carga insoportable de llevar.
Nos encontramos entonces que ir a trabajar tiene sus riesgos, pero que serán percibidos de distinta manera por los integrantes de la misma empresa, pues además de la percepción personal de la realidad como os hablaba anteriormente, también tendremos que tener en cuenta nuestra personalidad, nuestras anteriores experiencias laborales y cómo hemos aprendido a manejar situaciones conflictivas en el entorno laboral.
Por todo ello nos podemos encontrar en un mismo lugar de trabajo con personas que son más vulnerables que otras a sufrir riesgos psicosociales en el trabajo.

Tenemos más “papeletas” para enfermar aquellos que:

  • Nos cuesta relacionarnos con los demás, expresar nuestras emociones o comunicar nuestras opiniones.

  • No creemos en nosotros mismos. Cuánto daño nos hacen los: “yo no sirvo para…”

  • Perseguimos la perfección y no nos permitimos ningún fallo en nuestro quehacer diario ni en el de nuestros compañeros.

  • Necesitamos que haya alguien que tome las decisiones por nosotros y se responsabilice de ellas.

  • Somos los que necesitamos de un tipo de liderazgo más “perseguidor” de nuestras tareas diarias.

Si te has identificado con algún enunciado de los expuestos y, además, padeces algún malestar físico que se repite en el tiempo, posiblemente ya estés preparado para encontrar la razón de esa enfermedad de la que tu cuerpo ya está padeciendo las consecuencias y que por supuesto medicas para eliminar el dolor.

Si aún no te habías planteado un objetivo a alcanzar este año, te propongo uno:

¿cómo sería vivir sin auto-medicarse?

 

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Mochila

Lidia De la Rosa, Analista Conductual y Generadora de Salud Emocional