Estrés, ¿Amigo o Enemigo?
31 julio 2017
Mostrar todo

Corazón y mente no duermen en camas separadas

Seguro que en los últimos 6 meses…

  • Has tenido dolor de cabeza, dolor muscular o problemas estomacales,
  • te has auto-medicado,
  • has acudido al médico al menos una vez…

Aún vivimos en la creencia de que corazón y mente duermen en camas separadas, que no se hablan y tienen metas diferentes, pero no nos engañemos, dos que duermen en el mismo colchón… se vuelven de la misma condición.

Acudimos al médico pensando que nos va a curar de ese dolor en la boca del estómago o esa tos que nos acompaña desde hace tiempo, pensamos, que ese señor o señora que no nos conoce de nada, nos va a recetar el medicamento que hará que desaparezcan los dolores físicos que padecemos, pero no nos equivoquemos, posiblemente el medicamento adormecerá los síntomas por un tiempo, engañará a nuestro corazón por unas semanas o quizás por unos meses, pero no habrá servido para nada, no habremos conseguido vaciar ese vaso que siempre está a punto de rebosar, ese vaso que puede estar lleno de horas de trabajo, de días sin descansar por nuestro hijo recién nacido, del ruido que soportamos porque nuestro vecino el músico aún no ha encontrado un lugar donde ensayar, porque nuestra pareja ha decidido romper nuestra relación…

Si no hemos aprendido a gestionar los sentimientos que nos pueden provocar todas esas posibles situaciones que encontramos en nuestra cotidiana vida, no podremos vaciar el vaso de la frustración y conseguirá desbordarse una y otra vez.

Entonces, ¿qué salud es la que realmente queremos sanar?

Queremos curar la salud que de verdad origina nuestro malestar físico, es la salud que maneja  el corazón. Cuando éste se siente atacado, se enfrenta contra la mente eligiendo un órgano contra el que arremeter para decirle que no puede más, que en el camino del debate entre lo que queremos y lo que no, lo que necesitamos y lo que no, lo que tenemos y lo que no, ha escogido el enfrentamiento, es por ello que la salud a curar es la SALUD EMOCIONAL.

Y, ¿qué es la salud emocional?

Salud emocional es encontrar el equilibrio entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Este equilibrio nos permite afrontar nuestra vida profesional y personal con confianza, a recuperarnos con mayor facilidad de las adversidades con las que nos encontramos en nuestro entorno laboral y a conciliar nuestra vida familiar con mayor armonía. En ese momento es cuando corazón y mente encuentran  una meta común, sin enfrentamientos.

Uno de los mayores desequilibrios emocionales nos lo ofrece nuestro entorno de trabajo. Especialmente es en el trabajo donde comprobamos si nos conocemos lo suficiente como para lidiar con los compañeros, nuestros jefes e incluso con el transporte diario que usamos para dirigirnos a nuestro lugar de trabajo, resumiendo, es en el trabajo donde descubrimos si tenemos las habilidades suficientes como para gestionar nuestras emociones y que el día a día no se convierta en nuestro propio infierno.

Para conseguir ese equilibrio emocional debemos asumir, de una vez por todas, qué poder real tengo en mis manos, independiente sea trabajador o empresa.

Como TRABAJADOR tenemos una responsabilidad, un trabajo que hacer, quizás el más importante: CONOCERNOS y se convierte una responsabilidad incuestionable  cuando nos encontramos con momentos de desequilibrio, de malestar físico y por supuesto mental.

Como EMPRESA compartimos parte de responsabilidad, es la empresa la que debe generar el ambiente donde se desarrollen las mejores condiciones laborales:

Económicas. Adoptando políticas económicas apropiadas que contribuyan a mantener   el talento.

Físicas. Favoreceremos la actividad a la que nos dedicamos, buscando en todo momento el equilibrio en temperaturas, ruidos, iluminación, es decir, desarrollar lo que la Organización Mundial de la Salud denomina “Confort Térmico”.

Mentales. Gestionando correctamente  factores psicosociales como el contenido del trabajo, las relaciones de trabajo, la definición de rol o incluso la autonomía del trabajador para el desempeño de sus tareas.

El desentendimiento de estas responsabilidades va a generar indiscutiblemente un ambiente laboral en el que crezca la desmotivación y lo más importante, un incremento del absentismo del trabajador para acudir al médico, para que ese señor o señora que no le conoce de nada le  recete el medicamento que hará desaparecer los dolores físicos que padece… o no.

Como empresa, debes asumir la responsabilidad que acerque a tu colaborador a que encuentre  el camino al equilibrio, ya sea por motivos éticos o económicos.

Como trabajador, únicamente por puro egoísmo, por conseguir el bienestar emocional que te mereces.

Y tú, ¿de quién eres?

 

Aprovecha las señales que te envía el corazón, él sabe el camino, pero si tu mente no ha conseguido hablar su idioma, puedes llamarnos y nos pondremos en contacto contigo, te ayudaremos a traducir lo que necesita y a enseñarte a entenderlo.